Ir al contenido principal

Eres Búho, Alondra o Colibrí

Hablando hoy, en una de esas charlas que surgen espontáneamente, con uno de nuestros afiliados, que aseveraba categóricamente que sus horas más productivas eran durante la noche, me picó la curiosidad por saber si es cierto que podemos dividir a la humanidad entre nocturnos y diurnos, algo que he escuchado durante gran parte de mi vida. Y es que, aseguran muchos, los horarios en los que disfrutamos realizar nuestras actividades, tienen que ver con nuestras preferencias en ese sentido en materia de concentración y adelanto de trabajo, tener hambre, hacer ejercicio y hasta tener sexo. 




Un artículo en el Internet, asegura que podemos ser como tres tipos de aves en ese aspecto. Algunas personas son como los búhos, que se levantan tarde y se acuestan tarde, por ejemplo: Aquel que generalmente no desayuna por que siempre anda deprisa y llega cinco minutos al trabajo todavía todo despeinado. Otras personas son como las alondras, todo lo contrario al búho, es aquel o aquella que pacientemente se toma su taza de café mientras lee el periódico y que ya a las nueve de la mañana tiene todo resuelto o casi resuelto. Si eres un búho, posiblemente puedas tener trabajos con turnos de noche, sin ningún problema. Si eres una alondra, vas a disfrutar ser la reportera del noticiero de las seis de la mañana. Sin embargo, dicen que existe una tercera categoría, denominados los colibríes, quienes son un equilibrio perfecto entre levantarse mas o menos temprano, dependiendo de la parranda de la noche anterior y que se va a la cama a la hora adecuada, digamos como a las diez de la noche (por decir un número). 

Creo que todos tenemos potencial para ser un colibrí. Un estudiante de universidad acostumbra a acostarse tarde por que tiene que estudiar y como posiblemente no tiene que trabajar al otro día, puede dormir sus horas extras en la mañana. Este mismo estudiante a sus sesenta años, se levantará con los gallos que cantan y se irá a dormir con las gallinas. Tengo un amigo que trabaja turno de madrugada en el hospital y estuvo de muy mal humor los primeros días de su nuevo empleo, pero ya luego agarró el ritmo y aunque prefiere un trabajo diurno, ya no la lleva tan mal. Además, piensen en esas personas que viajan a otros continentes, como andan perdidos los primeros días, debido al cambio de horario, pero ya después sus cuerpos se adaptan a esta diferencia. Por lo que, personalmente creo, que el ser humano se adapta a su circunstancia dependiendo de las responsabilidades que tenga y que todos podemos ser colibríes. No debemos encasillarnos en el "soy una persona nocturna" o "yo solamente genero de día", por que eso nos limita. 

Recuerden que somos POSIBILIDADES INFINITAS. 

Foto: laredaccionoficial.blogspot.com 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Soy la Esposa de un Fisicoculturista

Hoy decidí apartarme un poco del trillado camino de los negocios y los tips para una vida maravillosa y escribir algo un poco más personal, que a la larga es un testimonio, sobre las pruebas que nos pone la vida.  Muchos piensan en la gran disciplina y fuerza de voluntad que representa el fisicoculturismo, eso de construir un cuerpo tan perfecto (¡0% de grasa!) con la finalidad de poder subir a un escenario, hacer poses y con suerte (y definición), ganarte un trofeo, el reconocimiento público y quien sabe si hasta un contrato con una marca de proteínas ( bueno no me sé todavía todos los nombres...quemadores, caseína, etc) reconocida a nivel internacional. La gente se pregunta también sobre la vida de nosotras, las esposas de los fisicoculturistas. Y es que lo que acontece bajo tu techo, está como para un reality. Es bueno que sepan que ese sacrificio es un camino de dos vías, porque así como ellos renuncian a varias cosas para lograr sus objetivos, nosotras también y de forma

Diferencia entre Emprendedor y Empresario

Carta de Jorge Ramos a su Hija Paola

Foto: teleynovelas.com  Esta carta hecha por el comunicador y escritor Jorge Ramos a su hija Paola, me pareció tan hermosa que sentí la necesidad de compartirla. Me dieron ganas de irme a rodar por el mundo con Paola. Mi querida Paola: Te debía esta carta hace mucho tiempo. Pero quería dártela en un momento importante y ese momento ya llegó. Te estás graduando de tu maestría y no puedo estar más orgulloso de ti. Hay hijos que superan en mucho a sus padres y tú estás en esa maravillosa categoría. Suena a imposible que la hija de unos inmigrantes (de Cuba y México) haya terminado estudiando en Harvard. Pero, la verdad, ya nos has acostumbrado a los imposibles. (Y Estados Unidos también. Solo espero que los inmigrantes que llegaron después de nosotros sean tratados con la misma generosidad -y con las mismas oportunidades- que recibimos.) Eres mucho más que lista. En algún momento de tu viajera juventud -saltando de casas entre Miami y Madrid- aprendiste a sacarle