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Mostrando las entradas de octubre, 2014

El Matrimonio y Los Negocios

En una de las muchas charlas de emprendedores a las que asisto, me tocó un día estar presente en una interesante elocución sobre el nacimiento y triunfo de una empresa. Su propietario dijo muchas verdades, pero la que más analicé fue aquella frase de que: "Escoge bien a tu pareja, esa persona con su proceder puede hundirte o elevarte y esto aplica también al área de tu vida laboral o de tu negocio." Nada más cierto. Y es que con el ajetreo y la ilusión del amor se nos olvida este pequeño detalle y hacernos estas preguntas: ¿Podrá este hombre o esta mujer compartir mis sueños y mis ambiciones laborales? ¿Está equipado o equipada para representarme, apoyarme, tomar decisiones, sacrificarse?. No soy psicóloga, pero soy aspirante. No soy experta en el tema, pero he vivido muchas experiencias, las mías y las ajenas. He visto como muchas parejas enamoradas, sucumben lentamente al no entendimiento sobre las aspiraciones personales. Hombres que deciden iniciar un negocio y

Lo Hice Fatal

Es imposible tener una empresa sin que toque hablar en público alguna vez. Es parte de mercadear tu marca y tu servicio. Explicar quien eres y para que sirves, ante una numerosa audiencia, es la oportunidad que cualquier dueño de negocio tiene y que debe aprovechar. Por eso, los que saben de marketing, nos recomiendan el networking, conferencias, charlas, actividades sociales, étc. Si alguna vez pensaste que podías ser parte del emprendimiento y ser un fantasma al mismo tiempo, te doy la mala noticia de que es prácticamente imposible.  Así que esa "primera vez" llegó para mi en una actividad hace menos de una semana, ante un público más o menos concurrido y muy especial por tratarse de jóvenes emprendedores y clientes prospectos. Tenía todo listo, un guión, una presentación en Power Point (que por cierto la empresa Amazon las odia), y un micrófono en mi mano. Pero de repente, no sé muy bien porqué, las cosas no salieron como estaban planeadas. Se supone que la "expe

Una Vida Robótica

Cuando estaba terminando el bachillerato, yo sabía exactamente lo que quería hacer con mi vida profesional. Quería ser Abogada y terminar con las injusticias de mi país y del mundo, brillando en las audiencias como había visto en las películas de la televisión por cable. Lo que no sabía yo es que el mundo real del derecho, no es tan bonito, ni tan fácil como se veía en la pantalla chica. No llegué a descubrir las diferencias entre la vida ficticia y la de verdad en el ambiente de la abogacía, porque luego de tres semestres en la universidad mi naturaleza inquieta decidió que yo quería ser otra cosa. Me di cuenta que no estaba de acuerdo con la clase de vida, con el mapa, que ya había dispuesto la sociedad para mi y todos los jóvenes, los de mi edad, los más adultos y los que seguían: Debíamos graduarnos del colegio, estudiar en la universidad, conseguir un empleo, casarnos y tener hijos, en ese mismo orden.  Lo que yo no entendía era que mi naturaleza inquieta se estaba rebela