Foto de chw.net
Cuando hablamos de innovación, nos referimos a la genial idea que tuvo su fundador al crear un objeto necesario para los tiempos. Todo surgió cuando Karl Elsener abrió una cuchillería para fabricar un tipo de navaja compacta y resistente con todas las herramientas combinadas en un solo objeto, para ser utilizada básicamente por los militares suizos en 1884. Innovar, por lo tanto, ha estado presente en los productos de Victorinox desde sus inicios.
Luego del 11 de septiembre del 2001, se prohibió a los pasajeros viajar con objetos afilados, por motivos obvios. De la noche a la mañana, la navaja de bolsillo más conocida del mundo, tuvo un descenso en las ventas de un 30%. Ese momento representó para la exitosa empresa uno de los desafíos más grandes que había enfrentado desde su nacimiento. Victorinox demostró entonces la valentía necesaria de no dejarse ganar por los obstáculos al crear nuevos productos, tan útiles y de calidad como aquel que la hizo famosa.
Victorinox se ufana de conocer las necesidades del mercado, para esta empresa, el móvil principal de su permanencia ha sido escuchar y dar importancia a las historias de sus consumidores. "Historias sobre momentos inolvidables de aventuras y expediciones en la tierra, el cielo y el espacio. Historias dramáticas en las que nuestros productos ayudaron a solucionar problemas y salvaron vidas". He aquí su factor de éxito predominante: la constante comunicación.
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