"Cuando vas a un negocio y te miran así...no te dan ganas de volver"
Como consumidora de un producto o servicio, hay una sola cosa que quiero: Ser bien atendida, o mejor dicho, recibir un excelente servicio al cliente. Hace varios días comenté en mi página de Facebook, que "la perpetuidad de un negocio está en su servicio al cliente" y ciertamente, una de las razones principales por las que una empresa sobrevive, además claro está de la calidad del producto o servicio, está en la forma en la que el consumidor conecta con lo que esa empresa provee, generando ventas masivas y más clientes.
Estos son los cuatro ejemplos clásicos de pésimo servicio, que se traducirán en la mayoría de los casos en pocos clientes y un rápido descenso en las ventas, hasta la desaparición del negocio:
Un Cliente Ignorado
Por ejemplo, si voy a una tienda, y merodeo por ella por cinco minutos y en ese tiempo, nadie se acerca a mi a preguntar lo que necesito, estoy recibiendo una pésima atención al cliente, la peor, por que es la que indica que estoy siendo ignorada, descartada y desoída.
Discutir con un Cliente
Es cierto que existen clientes difíciles, esas personas que se dedican a rebatir todo lo que se les presenta y a generar controversia y discusiones sin sentido, sobre un tema que probablemente no dominen, como es tu servicio o producto. Lo mejor que podemos hacer, y enseñar a nuestros colaboradores a actuar de esta misma forma, es no seguir la corriente a este tipo de consumidores. Lo importante es reconocer que no hay que ganar ningún argumento, ya que no es una carrera donde quien tiene la razón, gana.
Pensar que Todos los Clientes son Iguales (No Personalizar el Servicio)
Y esto pasa cuando nuestro negocio empieza a crecer. La prisa por atender la mayor parte de requerimientos en el menor tiempo posible, convierte a nuestros clientes en números y no en personas. Se nos olvida que son diferentes en cierto modo y que debemos seguir personalizando. Todos somos conquistados de diferentes formas. Para unos será ganar tiempo, para otros será el menor precio, para otros será simplemente recibir un trato especial.
Colaboradores Odiosos
Este mal afecta a muchos negocios, sobre todo cuando desde la cabeza de la organización no existe la capacidad de comunicarse efectivamente con los demás. Ser apático y antipático es algo que se transmite entre los colaboradores y por ende llega hasta los clientes. También se puede dar el caso que la empresa tenga dirigentes amables y dispuestos a tratar a sus clientes de una forma adecuada, sin embargo, fallan al momento de reclutar a sus empleados, quienes tienen muchas veces características administrativas habilidosas, por ejemplo, pero que al momento de tratar con los demás, ya sean clientes o suplidores, distan mucho de ser personas cálidas y dispuestas a ayudar al otro.
Colaboradores Odiosos
Este mal afecta a muchos negocios, sobre todo cuando desde la cabeza de la organización no existe la capacidad de comunicarse efectivamente con los demás. Ser apático y antipático es algo que se transmite entre los colaboradores y por ende llega hasta los clientes. También se puede dar el caso que la empresa tenga dirigentes amables y dispuestos a tratar a sus clientes de una forma adecuada, sin embargo, fallan al momento de reclutar a sus empleados, quienes tienen muchas veces características administrativas habilidosas, por ejemplo, pero que al momento de tratar con los demás, ya sean clientes o suplidores, distan mucho de ser personas cálidas y dispuestas a ayudar al otro.
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