Tantas piedras y siempre usan la misma
Este es el primero de muchos artículos que voy a escribir sobre desaprender, que no es más que la capacidad que debemos desarrollar de dejar atrás o en el baúl de las cosas que ya no sirven para nada, ciertas creencias que aprendemos a través de la vida. Es importante saber que desaprender no es lo contrario de aprender. Es una revolución en contra de lo que siempre se hace de la misma forma. Creo que es muy importante empezar a desarrollar esta habilidad.
He tenido que desaprender y replantearme muchos conceptos a través de mi existencia: "El matrimonio es para toda la vida", "Hay que esperar el momento perfecto", "Tienes que tener un título universitario", "Hay que comprar una casa", "Genio y figura hasta la sepultura", "Los tatuajes son para personas malas", "Deja que los hombres den el primer paso", "No tengas sexo en la primera cita", "Hay que ser cabrona si quieres casarte", "Los hombres no sirven", "Eres igualita a la tía Lilian", etcétera.
También, en mi camino por la introspección (que nunca acaba), he tenido que adaptar a mi forma de ser otros conceptos que lucen muy avanzados, pero que no me resuenan o me causan intranquilidad. El asunto del "alma gemela", por ejemplo, está en veremos. No sé si creerlo o no.
Lo importante es mirar cada situación que se nos presente con soluciones diferentes a las ya existentes. Tenemos que ser inconformes, curiosos, creativos y tener la mente amplia. Estoy segura de que las personas que han triunfado en la vida, lo han hecho precisamente por romper algunas reglas establecidas. Esto puede incluir acabar con patrones que llevan muchísimos años en nuestra sociedad y otros muchos arraigados en nuestra mente.
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