Una de mis palabras favoritas en Inglés porque suena larga y sofisticada. Sin embargo, su significado es más que nada negativo. Procrastination, quiere decir en español, dilación, del verbo dilatar o lo que sería lo mismo, posponer.
Generalmente posponemos la realización de las tareas que nos disgustan, como por ejemplo, para mi es muy difícil sacar el tiempo para lavar mi carro. Aunque es algo quizás propio de las mujeres ser descuidadas con el mantenimiento de su vehículo, para mi es increíblemente tedioso siquiera pensarlo, lo que hace que mi auto parezca una zona de guerra.
En el mundo de los negocios, la gente pospone por muchos otros motivos. Es importante saber reconocer estos motivos y utilizar algunas tácticas para salir adelante y llevar a cabo lo que constantemente retrasamos. Si te pasa a ti o le pasa a uno de tus socios o colaboradores, identifica las causas y pon manos a la obra para mejorarlo:
1) Falta de Confianza: Una de las razones por las que no nos lanzamos a lograr algo es la falta de confianza en uno mismo o el temor a fracasar. Ciertamente que miles de libros no se escribieron, muchas películas no se rodaron, y muchos inventos se quedaron en meras ideas, debido al miedo. Por lo que este obstáculo necesita de una reprogramación de muchas de nuestras creencias y traumas originadas quizás desde muy pequeños. Que no te importe la humillación propia del fracaso, que veas cada traspiés como una puerta que se cierra junto a otra que se abre hacia posibilidades infinitas y que el miedo no sea una opción en la forma de manejarte en esta vida tan corta.
2) Falta de Pasión: Otra de las causas de posponer es cuando se trata de ejecutar una tarea que no disfrutamos hacer. Puede ser no haber aprendido a delegar estas tareas, dedicarnos a una profesión para la cual no tenemos habilidades, y haber tomado un trabajo totalmente alejado de lo que nos gusta realmente, originando un estilo de vida mediocre. Creo que una de las causas de una educación deficiente en nuestras aulas es debido a tantos maestros que están ahí no por vocación, sino por obligación. Dedicarnos a lo que realmente amamos es quizás la respuesta a ofrecer un servicio o producto de innegable calidad.
3) Cúmulo de Trabajo: Es común que si dejas de hacer algo que tenías pendiente, las cosas por hacer se van a amontonar hasta que llega un punto que quedas mal con todo el mundo. Hay días que las horas parecen pasar rápidamente y los inconvenientes aparecen, para retrasar más los pendientes. Una forma de solucionar esta situación es hacer una cosa a la vez, eliminando tareas, hasta el final.
En conclusión, las personas que siempre posponen las cosas viven descontentos porque esta actitud no les permite avanzar. Llevan una vida posiblemente desorganizada y desmotivada que nos les ayuda a lograr sus metas. Un cambio de pensamiento, de programación ante el miedo y fuerza de voluntad son los motores básicos para terminar con el mal hábito de posponer.
1) Falta de Confianza: Una de las razones por las que no nos lanzamos a lograr algo es la falta de confianza en uno mismo o el temor a fracasar. Ciertamente que miles de libros no se escribieron, muchas películas no se rodaron, y muchos inventos se quedaron en meras ideas, debido al miedo. Por lo que este obstáculo necesita de una reprogramación de muchas de nuestras creencias y traumas originadas quizás desde muy pequeños. Que no te importe la humillación propia del fracaso, que veas cada traspiés como una puerta que se cierra junto a otra que se abre hacia posibilidades infinitas y que el miedo no sea una opción en la forma de manejarte en esta vida tan corta.
2) Falta de Pasión: Otra de las causas de posponer es cuando se trata de ejecutar una tarea que no disfrutamos hacer. Puede ser no haber aprendido a delegar estas tareas, dedicarnos a una profesión para la cual no tenemos habilidades, y haber tomado un trabajo totalmente alejado de lo que nos gusta realmente, originando un estilo de vida mediocre. Creo que una de las causas de una educación deficiente en nuestras aulas es debido a tantos maestros que están ahí no por vocación, sino por obligación. Dedicarnos a lo que realmente amamos es quizás la respuesta a ofrecer un servicio o producto de innegable calidad.
3) Cúmulo de Trabajo: Es común que si dejas de hacer algo que tenías pendiente, las cosas por hacer se van a amontonar hasta que llega un punto que quedas mal con todo el mundo. Hay días que las horas parecen pasar rápidamente y los inconvenientes aparecen, para retrasar más los pendientes. Una forma de solucionar esta situación es hacer una cosa a la vez, eliminando tareas, hasta el final.
En conclusión, las personas que siempre posponen las cosas viven descontentos porque esta actitud no les permite avanzar. Llevan una vida posiblemente desorganizada y desmotivada que nos les ayuda a lograr sus metas. Un cambio de pensamiento, de programación ante el miedo y fuerza de voluntad son los motores básicos para terminar con el mal hábito de posponer.
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