En materia empresarial, esas
decisiones para las cuales tienes tiempo de sobra para pensar, tales como
despedir o no a un empleado, ampliar o no tu negocio, dejar o no a tu socio,
cabría decir lógicamente que si algo sale mal, se debió a una falta de
investigación profunda sobre las consecuencias de tu decisión.
Si te encuentras actualmente ante
una de estas encrucijadas en tu empresa y sientes que por más que lo pienses no
llegas a ningún lado, tal vez estás haciendo el análisis de forma
equivocada.
Cómo podemos alcanzar a definir
lo que queremos hacer?
En principio, déjame decirte que
el mundo se rige en base a números. Nuestro planeta o nuestros cuerpos, son
maquinarias perfectas que se mueven adecuadamente en base a números. La tierra
gira alrededor del sol en un ciclo de 365 días, 6 horas y 9,1626 minutos; los
doctores recomiendan que nuestros hijos lleguen al mundo en un término de 42
semanas; nuestro cuerpo necesita una cantidad específica de calorías para
mantenerse saludable y activo.
Para tomar una decisión, tomemos
el aspecto numérico y desarrollemos nuestra conclusión en base a esto. Por
ejemplo, si ese Encargado de Almacén, honesto a carta cabal porque en 2 años no
te ha faltado un tornillo en su área tiene mal genio y te ha costado alguno que
otro cliente, saca números entre lo que has perdido y lo que has ganado y la
decisión está a la vista. Si a causa de esta persona has dejado de percibir
aunque sea cinco pesos versus lo que te ha ahorrado, es mejor dejarlo ir.
Si tu socio de negocios, por
ejemplo, tiende a dejar que tú hagas todo el trabajo técnico, y él parece tener
más tiempo libre que tú, algo anda mal. Estás todo el tiempo estresado por el
cúmulo de trabajo y has gastado un dineral en masajes, gimnasio, médicos,
medicamentos…saca números. Cuanto gastas en relación a lo que ganas. La
decisión es obvia.
Las acciones con números han
acompañado a la humanidad desde sus inicios. Naturales, enteros, racionales,
irracionales, reales o complejos, nuestra vida es inconcebible sin los
números.
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