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El ABC del Criticismo

"Se lo digo o no se lo digo"

Ser un buen comunicador de ideas es sumamente importante si hablamos de capacidades. Esta habilidad de poder interactuar con otros es muy valorada en estos tiempos donde aparentemente estamos más conectados por una vía (redes sociales, Internet), pero más desconectados en otras formas de comunicación (conversaciones cara a cara). La efectividad de comunicarse bien tiene que ver tanto con lo que se habla como con lo que se escucha y nuestras reacciones a esto último. 

Cuando hablamos de ser un experto en relaciones interpersonales, nos referimos sobre todo a la destreza de poder manejar los conflictos que surgen entre nosotros y otros y sobre todo entre dos miembros de nuestros equipos. Aunque nadie quiere tratar con situaciones desagradables, se nos presentan básicamente a diario. 

Una de las formas más duras de comunicación tienen que ver con el criticismo. Es decir, al momento de criticar a otros o de recibir críticas. 

En los momentos en que recibes "feedback" de los demás, debes estar dispuesto a escuchar tanto lo bueno como lo malo. sin permitir que lo malo arruinen nuestro día o nuestro desempeño. Ser capaz de manejar el criticismo muestra nuestra capacidad de querer mejorar y de ser parte de un equipo. Las personas que no tienen esta actitud de apertura a las opiniones ajenas, por lo general, trabajan solos. 

La mejor manera es no ponerse a la defensiva, especialmente si las sugerencias o consejos son negativos sobre tu persona y no constructivos, esos abundan. Antes de defenderte, piensa si lo que te dicen es verdad y busca una segunda opinión sobre lo que escuchaste. Si al final, queda demostrado, que es cierto lo que te dijeron (aunque no te haya gustado), entonces aprende de esto, tratando de hacer las cosas de forma diferente a como lo has estado haciendo siempre. 

Si por el contrario, eres tú la persona a la que le toca criticar, esto también tiene una forma adecuada de hacerse. Trata de no disfrutar decir las cosas negativas, porque si lo disfrutas, especialmente cuando tienes razón, hay algo muy malo contigo. No se trata tampoco de tener dificultad para comunicar las malas noticias o las malas críticas, pero tampoco te ufanes de querer hacerlo. La mejor forma de hacer esto, es abrir la conversación con las partes positivas o los cumplidos para luego dirigir la atención a la parte a ser criticada. Y por último, cierra la discusión con otro punto positivo. 

Así de fácil es el proceso para criticar sin ofender a los demás: 

a) Abre con algo positivo
b) Continua con lo negativo a ser comunicado
c) Cierra con algo positivo

El objetivo al fin y al cabo es lograr que esas conversaciones difíciles se conviertan en interacciones fáciles de sobrellevar. 

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