Es triste cuando vemos una empresa que no funciona debidamente y es muy común ver este fenómeno empresarial ya que todas tienen las mismas características. No es coincidencia que todo empiece por la cabeza, es decir, empresa disfuncional equivale a jefe disfuncional.
"No hay peor ciego, que aquel que no quiere ver", dice una frase y nada más cierto. Si te sientes identificado como dueño de negocio o colaborador con una de las características de abajo, es posible que esta empresa no sobreviva por mucho tiempo.
1) Nada sucede si el jefe no está. Ni siquiera cambiar un escritorio de lugar.
2) La empresa parece un archipiélago, es decir, departamentos separados que trabajan como islas sin tomarse en cuenta unos con otros, como en una competencia por quedar bien ante el jefe.
3) Los problemas no se enfrentan y se corrigen. Ejemplo: el jefe permite que sobrevivan los colaboradores tóxicos.
4) Los colaboradores no se relacionan con los clientes, porque ese es el ejemplo que han visto de el jefe. Los clientes más que entes que generan ingresos, son percibidos como una molestia.
5) Una empresa es disfuncional cuando sus procesos no están definidos o son poco prácticos. Igualmente no se han definido la agenda y futuro de la misma (misión, visión y valores).
6) El jefe no es coherente. Es decir, pide a sus colaboradores cosas que no hace. Hay una gran discrepancia entre hechos y palabras.
7) La empresa no vislumbra crecimiento.
8) Los colaboradores no se sienten satisfechos con el ambiente de trabajo.
9) Peor que todo lo anteriormente descrito: Los clientes se quejan de la calidad del producto o servicio y de malos tratos.
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