Puedo escribir, puedo dibujar caras, puedo manejar por horas sin cansarme, puedo preparar una comida rápida y barata, puedo reconocer voces sin abrir mis ojos, puedo doblar el pulgar hasta casi topar el brazo, puedo declamar, puedo pintar un cuadro, puedo leer un libro de 1,000 páginas en una semana, puedo recomendar películas, puedo perdonar y olvidar con facilidad, puedo nadar grandes distancias y sentirme como un pez, puedo manejar un equipo de personas y lograr los objetivos definidos, puedo delegar sin sentirme culpable, puedo equilibrar el trabajo y la diversión, puedo beber tequila sin quedar inconsciente, puedo desconectarme de mi cuerpo y de mi entorno cuando veo una película, puedo escribir poesía, puedo soportar un temblor de tierra sin inmutarme. Puedo hacer miles de cosas más... pero ¡por Dios, no puedo cantar!
Terminé el libro "El Talento Nunca es Suficiente" de John C. Maxwell y como todas aquellas cosas que se leen, se ven o se oyen, uno toma lo que quiere, suelta lo que no quiere y acalla la conciencia con lo que le atormenta. Pero en mi caso, fue disfrutado y tratado de asimilar en un cien por ciento y afortunadamente reconocí muchos de mis errores para comprender un poco el por que, talvez, todos esos talentos que la vida me ha dado no se han desarrollado al máximo. Mencionaría mayormente falta de disciplina, por ejemplo, para no terminar lo que inicio; falta de enfoque, de práctica y de preparación. Tengo mucha iniciativa, miles de ideas, pasión, creo en mí, tengo disposición de aprender y soy arriesgada. Necesito trabajar con mi perseverancia, con mi carácter y con la idea que tengo sobre la responsabilidad. Preciso de volver a creer en las personas que me rodean y del trabajo en equipo.
De acuerdo a Sr. Maxwell y su estupendo libro, todos tenemos talentos y lo que diferencia a las personas exitosas y felices de las personas mediocres y amargadas, es el pleno desarrollo de los talentos regalados por Dios. Estas son las condiciones ideales para el pleno funcionamiento del talento, de manera que con ellos, podamos hacer de nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean, un camino con sentido:
Creer eleva tu talento.
La pasión estimula tu talento.
La iniciativa activa tu talento.
El enfoque dirige tu talento.
La preparación posiciona tu talento.
La práctica afina tu talento.
La perseverancia sostiene tu talento.
El valor prueba tu talento.
La disposición de aprender amplía tu talento.
El carácter protege tu talento.
Las relaciones influyen en tu talento.
La responsabilidad fortalece tu talento.
El trabajo en equipo multiplica tu talento.
Ericarol
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