Foto: fashionnerd.com.br
Muchas veces nos hemos referido al balance en la vida de las personas y cuando lo hacemos, hablamos sobre el equilibrio del cuerpo, de la mente, del espíritu y del alma. Por esto, si quieres ser un emprendedor o una persona de éxito, debes convertirte en un equilibrista que sabe manejar estas cuatro pelotitas en el aire.
El cuerpo trata sobre tres cosas principales: la higiene, la alimentación y el ejercicio. Si tu higiene corporal es deplorable no tendrás una imagen que inspire confianza. Si no te alimentas bien, no tendrás fuerza y energía para dedicarla a tu negocio o empleo (recuerden que el emprendimiento puede ser tanto con un negocio propio, como siendo empleado). Por último, el ejercicio es recomendable porque mejora tu enfoque y tu autoestima.
Luego viene la mente, o la inteligencia. De acuerdo a las nuevas investigaciones existen ocho clases de inteligencias, las cuales pueden ser las protagonistas de un posteo futuro, pero mientras tanto haremos alusión a la inteligencia cognitiva, a la lógica. Mientras más te actualices, mientras más te informes, mas se educa tu mente. Esto no solamente te dará más cultura para temas de conversación que deslumbren a tus contactos, sino que también mantendrá tu mente en movimiento, ya que como el cuerpo, si no se usa, se oxida.
En tercer lugar y no menos importante, creer en algo o alguien más grande que tú, alimenta tu espíritu, te hace humilde y altruista. La falta de arrogancia, de creer en tu no existente perfección, te rodeará de amigos verdaderos. Dar desinteresadamente, de igual forma, te proporcionará una alegría, que no te la darán las cosas materiales que adquieras.
Por último, está el alma. Las heridas emocionales que desde nuestra concepción, pasando por la infancia y luego la adultez nos autoinfligimos, o nos los infligen otros, se apegan al alma como goma de mascar y nos limitan enormemente. Curar los traumas, perdonarte, perdonar a otros, liberarte de culpas y aprender a ser feliz con lo que eres y lo que te tocó, harán de ti una persona emocionalmente equilibrada. Por más que te duela, enfrenta a los fantasmas de tu pasado y los problemas de tu presente, y sana tus heridas, programando a todo tu ser para el bienestar en todas las áreas de tu vida.
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