En esta semana, que hemos dedicado nuestras entradas a las personas grandiosas, bondadosas o generosas, hemos de referirnos a una de las actitudes más valiosas que imperan dentro de un buen corazón, generalmente personas lastimadas, que luego de un agobiante y bien merecido trabajo interior, olvidan las ofensas de las que fueron objeto para perdonar.
En un mundo donde abundan las malas intenciones y las malas informaciones, es muy normal que aprendamos el mensaje de "ojo por ojo, diente por diente", con la finalidad de vengarnos de nuestros agresores o victimarios. Y es cierto, la venganza puede ser muy dulce, pero no vale de nada desquitarnos de quien nos hizo algo, si al final, vamos a vivir permanentemente con el rencor, sin olvidar la ofensa. Como dicen por ahí: "Bebiendo el veneno de la rata, esperando que sea la rata que muera."
En la generalidad, estas son las ideas más conocidas por las cuales no llegamos al perdón, creando una barrera que no nos permite ser felices:
1) Perdonar es para débiles.
En realidad es todo lo contrario. Se necesita mucho coraje para perdonar. Olvidar los agravios de los que hemos sido víctimas es un signo de fortaleza más que de debilidad.
2) Perdonar significa que estamos de acuerdo con la ofensa o que vamos a olvidar el daño
Al perdonar pudiera parecer como si estuviéramos accediendo el hecho que nos hizo daño, pero no es así. Se perdona a la persona, no la ofensa. Se ama al pecador, no el pecado. En este punto se debe desarrollar la empatía para entender las acciones de tu detractor. Tampoco significa que vamos a olvidar el daño, ya que aún perdonando, las memorias continuarán existiendo.
3) El ofensor merece ser perdonado.
No se trata de si merece o no el perdón, se trata de que perdonar es un regalo que se da voluntariamente, y ese regalo realmente no se da al ofensor, ese regalo te lo haces a ti mismo, porque te ayuda a seguir tu vida en libertad sin la carga del rencor.
4) Perdonar significa que vamos seguir interactuando con el ofensor.
Para nada. Puedes perdonar a alguien y aún así reconocer que es una persona tóxica en tu vida y por ende necesitas poner distancia, sobre todo si esta persona no demuestra ninguna clase de remordimiento por lo sucedido. La reconciliación con el ofensor y perdonarlo, son dos cosas totalmente diferentes.
5) Hay una obligación moral de perdonar
El perdón no puede surgir de una obligación moral o religiosa. Como dijimos más arriba, es un regalo, por lo tanto debe salir de tu corazón, pero sin ser forzado. Es algo que, dependiendo de la naturaleza de la ofensa, puede tomar tiempo y que generalmente llega cuando hemos entendido más cosas sobre nosotros mismos que sobre los demás.
Ericarol
No se trata de si merece o no el perdón, se trata de que perdonar es un regalo que se da voluntariamente, y ese regalo realmente no se da al ofensor, ese regalo te lo haces a ti mismo, porque te ayuda a seguir tu vida en libertad sin la carga del rencor.
4) Perdonar significa que vamos seguir interactuando con el ofensor.
Para nada. Puedes perdonar a alguien y aún así reconocer que es una persona tóxica en tu vida y por ende necesitas poner distancia, sobre todo si esta persona no demuestra ninguna clase de remordimiento por lo sucedido. La reconciliación con el ofensor y perdonarlo, son dos cosas totalmente diferentes.
5) Hay una obligación moral de perdonar
El perdón no puede surgir de una obligación moral o religiosa. Como dijimos más arriba, es un regalo, por lo tanto debe salir de tu corazón, pero sin ser forzado. Es algo que, dependiendo de la naturaleza de la ofensa, puede tomar tiempo y que generalmente llega cuando hemos entendido más cosas sobre nosotros mismos que sobre los demás.
Ericarol
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