Una vez empecé a leer los libros de forma digital. Me regalaron una Kindle y por ahí compré novelas cortas, libros de superación personal y biografías, que es lo que generalmente me gusta leer. Sin embargo, en un tiempo corto ya me hacían falta los libros físicos. Dejé lo moderno y digital y volví ansiosa a lo antiguo y real. Hojear un libro, olerlo, sentirlo en mis manos, verlos en las estanterías de las librerías o bibliotecas clasificados por temas, todo ese proceso de elección y compra de un libro, me encanta. Y ni que decir de leerlos y re-leerlos, si me gustan mucho. Estoy de acuerdo con Mario Vargas Llosa cuando dijo que "Aprender a leer, es lo más importante que me ha pasado en la vida."
La lectura da conocimiento y el conocimiento es poder, además de que nos proporciona muchas otras ventajas. Lo que nos recuerda la famosa frase de Miguel de Cervantes, al afirmar que "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho." Leer es viajar a lugares desconocidos, a otras épocas, conocer otras realidades, mejorar la ortografía, vivir sentimientos ajenos, descubrir nuevos pensamientos, recibir informaciones, reflexionar sobre conocimientos abstractos, adentrarse en la magia, en el amor, en la compañía de personas que no conocemos o que quizás nunca conoceremos porque son figuras célebres o por que son la creación, inexistentes en el mundo real, de un escritor imaginativo.
Es, sin duda, una de las actividades más importantes a las que puede dedicarse un ser humano, que dicho sea de paso, es el único ser vivo que puede leer. Cierro esta entrada con una frase de Thomas de Kempis que me cae como anillo al dedo debido a mi amor y pasión por los libros: "He buscado el sosiego en todas partes, y solo lo he encontrado en un rincón apartado, con un libro en las manos."
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