"Estar presente, no significa ser perfecto"
Iniciamos nuestro escrito con esta frase en el día de hoy, porque existe la idea errada de que la práctica de la meditación, del Mindfulness (Atención Plena), o simplemente, esos viajes internos que algunas personas sienten el llamado de hacer, para curar heridas y vivir en bienestar emocional y físico, hacen a ese individuo un ser perfecto.
Nada más lejos de la realidad. La conciencia sobre el poder de la mente, de escenarios preconcebidos sobre como debe ser la vida y sobre el éxito y sobre el poder del ego, continua hasta el fin mismo de nuestra existencia en este plano. El sufrimiento sigue apareciendo, solamente se vive de forma diferente.
Aquel que decide cambiar, no para ser bueno o malo, elige un camino distinto caracterizado por la paz interior, la compasión, la gratitud, el asombro, el perdón, la aceptación, el desapego, renuncia a que las acciones de los demás y los factores externos determinen su reacción. Estas personas también reaccionan, solo que reaccionan de forma diferente.
Está demostrado científicamente, por un sinfín de experimentos, que el ser humano nació y está biológicamente diseñado para ser feliz, para sentir empatía y bondad. Es una cuestión de elecciones, que algunos sienten que deben explorar y otros no. No significa que el mundo esté dividido en dos bandos, los perfectos y los imperfectos, los que sufren y los que no, ya que todos somos iguales y tenemos las mismas batallas y las mismas inquietudes.
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