Para tener esa vida que siempre soñaste, debes empezar por ti mismo y por darte cuenta que eres el arquitecto de tu propio destino. Todos esos factores externos a los que acusas de no poder proporcionarte, eso que tanto buscas, es una falacia, un error, una equivocación de pensamiento, que solo logran aplazar la clase de vida que sueñas, o peor aún, que ni siquiera te atreves a soñar, por creerla inalcanzable.
La visión de tu forma de vida ideal (incluyendo, si te atreves, un viaje a la luna) viene a ser como tu objetivo. Las acciones que emprendas, empezando por tus pensamientos y el manejo de tus sentimientos, son las flechas que utilizarás para dar en la diana, tu objetivo, que es la visión de tu vida soñada.
Mi vida soñada, es por ejemplo, la siguiente: Un trabajo remoto que pueda ser realizado desde cualquier lugar, sería mi objetivo número uno. Para eso debo buscar profesiones (si no las tengo, estudiarlas) u oficios, en los cuales no sea imprescindible cumplir un horario o llegar a una oficina por obligación. Me gustaría por igual, tener una casa con un patio grande, en el cual pueda tener varios caninos gigantes, de esas razas que me gustan mucho, como un golden retriever, un weimaraner, o un pastor alemán. Esta casa (no importa si es propio o alquilada) debe tener vista a la playa.
Si, se vale soñar y se vale hacerlo en grande. Si desde ahora, visualizo esas cosas que quiero en mi futuro y trabajo para ello, es 100% probable que lo alcance.
Existen muchos factores por los cuales una persona no logra llegar a su vida ideal o su vida soñada y esto se puede deber a varios factores:
1) La negatividad, donde en vez de fluir con pensamientos positivos y la esperanza de que todo va a ser tal y como lo planificamos, entramos en un modo pesimista permanente, donde solo auguramos problemas y reveses, que no sorpresivamente, suceden. Todo lo que deseamos, lo atraemos con nuestros pensamientos.
2) Otro factor es pensar que no merecemos una vida tal y como la esperamos. Es una especie de auto sabotaje donde no nos permitimos la felicidad porque pensamos que no somos merecedoras de ella. Es propio de esta clase de personas que si salen viernes en la noche a tomarse unos tragos con los amigos, no lo hacen el sábado porque piensan que ya tuvieron suficiente diversión y se sienten culpables por ser felices. El desmerecimiento es uno de los factores más comunes por los cuales una persona no se permite vivir la vida que desea.
3) Por último, muchos no permitimos que nuestros sueños sean grandes. Somos conformistas, y en vez de pensar en tener una casa con patio, jardín, biblioteca y sala de música, nos atrevemos sólo a soñar al mínimo y decimos: "un apartamento de una habitación es suficiente, no puedo alcanzar algo más". Debemos creer en nuestras propias capacidades de llegar alto y lejos. Debemos creer en nosotros mismos.
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