Toda empresa y emprendedor atraviesan por fases significativas en su desarrollo como tal. Estas son distintivas y suceden en cualquier negocio sin importar su producto o servicio. Laura Ribas, asesora de emprendedores en España, describe cuatro fases. Aquí te definimos tres de ellas:
La primera etapa es aquella donde se inicia la empresa y sobran el entusiasmo y la energía. El proyecto comienza y los servicios o productos no están completamente definidos. Laura Ribas, asegura que en esta fase: "No hay mensaje de marketing definido y dices que sí a todo", ya que todavía estás buscando solucionar una necesidad pero no sabes muy bien cual. Es una etapa fascinante y para nada aburrida, en la que a pesar de que no se generan suficientes ingresos, abundan las ideas. El negocio que cierra en esta etapa, se salva de la humillación pública, ya que muy pocas personas lo conocen. Igualmente, es durante este proceso en la que no se sabe con exactitud que es lo que ha atraído a los clientes y no se puede reproducir el generador del éxito porque no se sabe cual es.
La segunda etapa es aquella donde empieza la empresa a darse a conocer y ya el emprendedor sabe responder cuando le preguntan que hace o que vende. El mercadeo y las estrategias publicitarias se van definiendo y el público va dirigiendo al negocio hacia lo que necesita. Laura Ribas, reconoce que "esta es una fase de expansión y reconocimiento" donde ya hay más ingresos y clientela fiel. Según esta asesora es precisamente en este etapa donde las personas se auto boicotean por que tienen miedo al crecimiento y no lo saben.
En la tercera etapa de la empresa, ya hay muchos clientes con el producto o servicio que ellos mismos definieron y que dieron a conocer al negocio, sin embargo, la demanda supera la oferta. No hay equipo, sistemas o procesos suficientemente buenos para cumplir con las expectativas de todos. Es en este momento donde la empresa está creando el molde para que su negocio se pueda reproducir, llegando incluso a ser una franquicia. Laura expone que: "Este el momento en el que la empresa debe revisar su interior porque el exterior ya está controlado".
Si se sobrepasa con éxito la tercera etapa, entonces la empresa entra en el proceso del verdadero crecimiento donde todos sus sistemas, equipo de trabajo y procesos trabajan como una maquinaria perfecta y el negocio funciona sin el emprendedor. Es en este momento, donde el emprendedor y se aburre y empieza a soñar con crear un nuevo proyecto, precisamente para sentir la felicidad y la energía de un nuevo comienzo.
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