Así como los pequeños detalles pueden echar a perder un negocio, las pequeñas ideas pueden salvarlo. No importa lo insignificante que pueda parecer un cambio, hazlo, pensando en grande.
En tiempos de dificultad nada mejor que pensar en todas las maneras posibles que existan para ahorrar. Hablamos de ahorrar hasta el más mínimo centavo y por supuesto, ganarle al reloj, la carrera contra el tiempo, para que nuestros días, nuestro dinero y nuestro negocio rindan más.
Aquí, dos pequeñas ideas para llenar la alcancía y permanecer en el mercado:
- Si no necesitas algo, no lo compres. Si hay algún trabajo que puedas hacer por ti mismo, hazlo. Los trabajos de limpieza y mantenimiento pueden hacerse entre los empleados de una oficina. No hay duda de que tener los cristales brillantes es bueno, pero mejor que eso, es mantenerse y no caerse.
- Nunca tengas una reunión sin una agenda, un objetivo y un tiempo específico a usarse por tema. Las largas reuniones hacen que las empresas, grandes o pequeñas, malgasten el tiempo que puede emplearse en pensar en nuevas ideas o captar clientes. Las reuniones deben ser breves, precisas y orientadas a lograr uno o varios objetivos que deben ser seguidos luego de las mismas.
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